Por: Juan Manuel Maestre Carbonell
Tal vez sea por su situación, en un extremo del valle de Elda, o
por las dificultades que presentan sus intrincados barrancos, esta
montaña es una gran desconocida y, sin embargo, recorrerla es una de
las excursiones más sencillas y placenteras que pueden hacerse en la
zona. De la mano del reconocido alpinista y escritor Juan Manuel
Maestre Carbonell, recorremos este sendero que va ganando altura sin
excesivas brusquedades hasta coronar la cuerda de la montaña, para
transcurrir luego por ella sin posibilidad de perderse hasta ganar la
cima.
Desde el puerto de La Torreta seguiremos en dirección a Sax,
pero en la primera curva tomaremos el camino asfaltado a la izquierda
que entre casas de campo cruza una pequeña rambla y remonta la
Cuesta Bodega, en dirección a las casas de Camara, situadas en la
zona de la umbría. En sus inmediaciones podemos dejar el vehículo y
emprender desde allí la excursión, aunque si se prefiere podemos
continuar con el coche por el camino en dirección de la sierra,
ahorrándonos la pequeña caminata, de unos dos kilómetros, hasta el
collado de Toscana, donde un poste indica los caminos a Elda o
Salinas.
Situados en el cruce Elda/Salinas, veremos al frente un
cable que impide el paso a los coches. También un cartel de “Coto
de Caza”, y otro de “Prohibido el Paso”, al que no haremos
ningún caso, ya que puede estar acotado para la caza, pero no se
puede prohibir el tránsito. Al cabo de un corto trecho, el
desdibujado camino se interna entre unos pinos y se dirige a unos
bancales próximos, ya en el linde con el monte.
El camino se va
estrechando y se convierte en senda al alcanzar la zona de cultivo
colindante a la ladera, momento en el que se inicia el sendero sobre
una zona rocosa que impide la franqueza de la ruta, pero una mínima
atención servirá para seguirla, sin mayor problema, zigzagueante en
busca del vértice de una loma bien definida. El sendero corona la
primera elevación y continúa ganando altura por las sucesivas,
siguiendo siempre dirección SO. En todo momento disfrutaremos de las
estupendas vistas que nos proporcionan la laguna de Salinas, la
cercana montaña del Alto Don Pedro y la Sierra de Salinas, situada
inmediatamente detrás de esta.
Algo más alejada se divisa la Sierra
de Cabreras que, aun empequeñecida por la distancia, destaca sus
formidables defensas de altas paredes calcáreas que rodean la
puntiaguda cima. Más a lo lejos vemos el resto de montañas situadas
a la derecha de nuestra marcha, mientras que, por el lado contrario
veremos cercana la población de Monóvar y los sucesivos relieves
que cierran el horizonte hacia el Mediterráneo.
Vamos dejando a
nuestras espaldas las ciudades de Elda y de Petrer, enmarcadas por
Camara, en una bella y nueva panorámica que nos muestra todo el
término municipal eldense y también, en el horizonte, el sistema
montañoso que separa el término de Petrer de la Hoya de Castalla.
La senda no tiene pérdida, ni posibilidad de error al ser sólo una,
e ir recorriendo las sucesivas oleadas de lomas, invariablemente
seguidas de barrancos de tupida vegetación, siempre orientados hacia
la solana, que culminan en imperceptibles collados entre picos con
una gran similitud en su forma, como olas de un mar petrificado.
Poco
a poco y siempre muy cómodamente, el sendero tiende a transcurrir
por la vertiente de la umbría para retornar siempre al cordal
cimero. El largo trecho a recorrer nos sorprenderá por su extensión,
y por la sencillez y rapidez con la que se va alejando a nuestras
espaldas la mole de Camara. Al tiempo, la senda sale por última vez
de la zona de umbría y desciende ligeramente sobre un pequeño
rellano dejando a la izquierda el Alt de la Bola o “Mojón de los
Tres Términos”; punto en el que divisamos al frente y en lo alto,
el cono cilíndrico superior del vértice geodésico que señala el
punto culminante de la montaña.
Todavía daremos un corto y algo más
incómodo rodeo por la parte de la umbría, dejando la cima
inmediatamente sobre nuestras cabezas hasta que la senda, de inferior
trazado, se decide a encarar la pendiente por una pequeña falla
entre las paredes de roca, y coronar la cuerda cimera donde giramos
en redondo, cambiando nuestro sentido de marcha, para acceder a la
cumbre tras una breve subida. Algo más de tres horas de cómoda
caminata serán necesarias para cubrir todo el recorrido de ida y
vuelta desde el collado, y un poco más si partimos desde las casas
de Camara. El regreso recomiendo que sea por el mismo sendero pues,
si bien la montaña no presenta dificultades para subir o bajar por
ella, la inexistencia de senderos francos es lo que aconseja.
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