La figura de Cristo. No es ajena a las corrientes y debates
teológicos de antaño, como tampoco al campo humanístico y
creativo. La cristología tradicional pudo quedar truncada por una
teología que, con el evangelio en mano, aconsejaba adaptarse a los
nuevos tiempos.
Queda lejos una ciencia postconciliadora que
encerraba el mensaje de Dios en estructura funcional para
tranquilizar, sosegar o eximir el pensamiento por asociaciones de
palabras. La reacción sobre esta concepción del cristianismo y -de
la cristología que de ella se deriva- puede contrastar con la
lectura de ciertos pasajes de la Semana Santa. Desde la perspectiva
del creyente o no, interpela contra cualquier supuesta autoridad o
refugio acomodaticio:
Ningú pot carregar amb la seua creu
si no porta la creu dels seus germàns,
i dant eixa inmensa creu que arrossega
el món tenim que ser solidaris.
Jesús de Nazaret. Sin duda alguna fue el gran solidario de la
historia. Tal vez, por ese motivo se recuerda su muerte y
resurrección en días tan señalados. La Semana Santa parece seguir
el ejemplo de que sea la única arma con que se consigue que el
sentimiento supere al odio, la luz evasione las sombras, el humilde
frene la soberbia y la paz conquiste la guerra en protección.
Un
mundo injustificable es que sea la única moneda de cambio, la
discriminación pretenda ser ley y el dolor active zarpazos sobre las
espaldas de los más necesitados, como la cruz de la corrupción o la
corona de espinos que desprotege los servicios sociales. Conviene
alejarse de individualismos y es ineludible ser, ante todo,
solidarios. Nada aconseja ir al aislamiento y dejar de lado las
precariedades del mundo.
Para entrar en el camino de la adhesión se
precisa valor y no acomodo, olvidarse del egoísmo para pensar
también en los demás. Las sonrisas pueden ganar batallas; los
abrazos potenciar la verdad o los saludos alegrar la vida. Entonces
los valores de superación, compromiso y sentido de pertenencia se
recogen en la poesía universal:
Fan falta redemptors
i sobren oportunistes:
la veritat es del que lluita
i no dels conformistes.
Teatre solidari. Distintos colectivos culturales como el Grupo
Arenal Teatro que con esfuerzo y acertada ilusión recrearon en el
Teatro Municipal Cervantes de Petrer, la Pasión, Muerte y
Resurrección de Cristo, obra original de Enrique Zunel. Citamos el
alto nivel interpretativo, apropiado realismo y maquillaje.
Es digno
de comentar los aderezos de Manuel Moll Maestre y la dirección de
Sebastián Tenés Cantos. El pasado año 2017, se representó como
recurso económico para arreglar la fachada de la Asociación de Amas
de Casa, que fue la agrupación petrerense que la puso en escena. Y
este año, 2018, en las tardes del sábado 17 y el domingo 18 de
marzo, en solidaridad con Sense Barreres vuelve a recrearse tan
interesante obra, avalada por las dotes y maestría de sus
intérpretes.
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